La Seguridad Social es uno de los pilares básicos del Estado del bienestar español y un elemento indispensable para asegurar la vida y la calidad de vida de todos los ciudadanos. ¿Pero cuáles son todas esas prestaciones?
Desde luego, está claro que todos conocemos el derecho a la asistencia médica que nos asiste así como las pensiones a las que uno tiene derecho una vez que ha cotizado cierto tiempo. Sin embargo, muchas de las prestaciones que ofrece la Seguridad Social no se conocen y, a veces, podemos no llegar a disfrutarlas por no pensar en ellas y no solicitar las ayudas a las que tenemos derecho dentro de plazo.
Como decíamos, una de las principales prestaciones de la seguridad social, es la asistencia sanitaria, que incluye tanto las urgencias como los médicos especialistas y otra son las prestaciones de jubilación. A éstas, hace falta sumar los permisos de maternidad y paternidad a los que tenemos derecho cuando tenemos un hijo y podemos disfrutarlos en una serie de días que tenemos que escoger cuándo emplear. Además, en el caso de las madres, están también los permisos relacionados con el riesgo durante el embarazo y el riesgo durante la lactancia (para menores de 9 meses) que implican una retribución económica como contraprestación al hecho de tener que abandonar el puesto de trabajo durante este tiempo.
Las prestaciones de la seguridad social abarcan muchas situaciones
Otra de las prestaciones más conocidas es la de incapacidad. Esta prestación puede ser tanto de incapacidad permanente que es la que se deriva de un suceso que nos incapacita para trabajar de por vida como de incapacidad temporal, como sería, por ejemplo, el período de convalecencia después de una enfermedad o un accidente tras el cual nos recuperaríamos por completo.
Además, otra de las prestaciones de la seguridad social que deben ser tenidas en cuenta; especialmente por aquellas personas que trabajen en sectores o empleos de riesgo, son las producidas como consecuencia de lesiones permanentes no invalidantes, es decir, aquellas lesiones que, sin llegar a producir una incapacidad permanente, sí que supongan una disminución de la integridad física del trabajador como podrían ser, por ejemplo, una mutilación o una deformidad fruto de algún accidente.
En el caso de que un menor estuviese afectado por cáncer u otra enfermedad grave, existiría una prestación económica destinada a los progenitores, adoptantes o acogedores que reducen su jornada laboral para hacerse cargo del cuidado del menor en esta situación. Además, en lo relativo a los menores, existen también prestaciones por nacimiento u adopción en caso de niños que tienen discapacidad que se destina a luchar contra las consecuencias económicas y necesidades especiales que conlleva la tutela de un niño con discapacidad.
Por último, la defunción produce una serie de prestaciones de las que la más conocida es la pensión de viudedad o de orfandad, pero existen otras prestaciones ligadas a la muerte de un trabajador como puede ser el auxilio por defunción, que busca restituir la cuantía del sepelio a quienes lo han pagado.
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