Hemos oído hasta la saciedad las mismas frases “que si la cuota de autónomos es muy alta”, “que si los impuestos son muy elevados” y mil cosas más que hacen pensar que ser autónomo es un verdadero infierno. No es que les falte razón, desde luego, a quienes afirman esto… Sin embargo, ser autónomo tiene cantidad de cosas positivas. ¿Cuáles? A esto intentaremos responder en este artículo.
En primer lugar, ser un trabajador autónomo implica – como su nombre indica – a tener una autonomía que la inmensa mayoría de los trabajadores por cuenta ajena no tienen. Desde luego, esto variará en función de la actividad ya que no es lo mismo ser un diseñador gráfico o un traductor que el dueño de un bar pero, al menos teóricamente, un autónomo puede trabajar en zapatillas, en pijama y con el horario que quiera. Mientras que pague la cuota, nadie le va a exigir nada.
Además, no estamos hablando sólo de flexibilidad horaria, como una de las grandes ventajas de ser autónomo; sino que esa autonomía también nos genera otra gran ventaja: ganar más en función de lo que trabajemos. ¿Cuántas veces no habremos visto en una oficina que unos compañeros ganan lo mismo que otros trabajando la mitad? Ser autónomo es tener también la libertad de decidir si queremos trabajar dos horas diarios o 15 y ganar en consecuencia.
Ventajas fiscales de ser autónomo
Además, otra de las grandes ventajas de ser autónomo es de origen contable. Al ser autónomo, muchos gastos que tenemos son imputables como gastos profesionales por lo que no sólo no pagamos impuestos por ellos sino que hacen que la base imponible sobre la que se calculan nuestros ingresos sea menor. Así, un trabajador por cuenta ajena que después de pagar los impuestos le queden 1500€ mensuales, si se compra un ordenador va a tener que pagarlo por completo.
Sin embargo, un autónomo que se compra un ordenador lo paga antes de impuestos, por lo que los impuestos son menores al haberlo imputado como gasto. Esto no acaba aquí, y es que los autónomos, al recaudar el IVA de sus clientes, también se pueden desgravar el IVA. Volviendo al ejemplo del ordenador, si un autónomo compra un ordenador puede conseguirlo un 21% más barato ya que no deberá pagar este IVA al ser considerado una herramienta de trabajo. Lo mismo pasa con teléfonos, coches y demás herramientas necesarias para el trabajo
Sacarle todo el partido a la fiscalidad del autónomo
Además, las ventajas fiscales no acaban aquí. Por ejemplo, un autónomo que trabaja desde casa puede desgravarse parte de sus gastos de luz, comunidad, agua o gas. Además, en el caso de que necesite el coche para realizar sus actividades profesionales, también puede desgravarse una parte de las reparaciones, impuestos, gasolinas y demás.
Sin embargo, si un autónomo desea sacarle todo el partido a su situación, lo más deseable es que contrate los servicios de un asesor fiscal y financiero que puedan aconsejarle sobre qué gastos debe deducirse y cuáles no y cómo debe proceder para, dentro de la legalidad, sacarle todo el partido a su dinero.
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